Renta universal y paz social

03.08.2020 – CATERNEWS

Que tiempos tan complicados nos han llegado así, sin avisar ni estar prevenidos para un conflicto a nivel mundial. La palabra ‘conflicto’ lo define con cierto grado de certeza si lo analizamos un poco, aunque en este artículo nos vamos a quedar cortos. Y por más que sea mundialmente cada uno de nosotros debemos intentar sobrevivir primero a nivel personal, pero a la vez a nivel empresarial realizando los cambios que buenamente seamos capaces.

Barcelona,  plaza Gala Placídia, de nueve locales comerciales en línea en la misma acera, siete cerrados definitivamente y dos panaderías de momento que siguen abiertas, y digo de momento con conocimiento de causa porque difícilmente van a seguir pagando los alquileres de la zona con disminuciones de ventas de más del 30% consolidadas.

Madrid, en el barrio de Chamberí, con población medio-alta y zona de oficinas podemos contar el mismo hecho. Y así en todas las grandes ciudades.

Ahora por un momento extrapolar estos hechos en zonas que el turismo internacional era el principal cliente… para meditar.

A corto plazo, como digo cada uno debe intentar sobrevivir con sus medios e intentar no perder los muebles. El sistema de protección social vigente es insostenible y nada exportable al resto de la población mundial. Hemos creado una burocracia inadmisible gestionada por personas incompetentes en su mayoría e intocables. Demasiada base social extractiva que impide un equilibrio justo de la población.

A medio y largo plazo estamos frente a un cambio muy acelerado de modelo económico y por tanto social. Futuro inmediato con menos empleo y menor remuneración para más porcentaje de la población. No es este el buen camino.

Mi visión puede parecer negativa, pero todo lo contrario. Es importante visualizar la realidad para un buen diagnóstico y realizar el cuidado pertinente con garantías de éxito.

La tecnología es imparable y a costes menores por momentos. Todo lo que sea posible de automatizar se va a robotizar, menor empleo aunque si la persona es necesaria, mejor remunerado.

Ventas online con grandes grupos de capital que son sus pilares nos va a llevar inevitablemente a ver una desertización urbana de grandes zonas hoy impensable. Únicamente existirán los establecimientos que son muy especializados y en zonas muy concretas. Visualicemos: Menor cantidad de rentistas para muchos locales comerciales y, en consecuencia, una mala inversión a largo plazo.

En el sector de la alimentación a nivel mundial, un porcentaje muy elevado de las marcas es propiedad de ocho grandes grupos corporativos, y eso mismo va sucediendo en todos los apartados de la economía. Pocos, muy potentes con mucho capital para invertir eliminando competidores.

Este panorama nos lleva irremediablemente a un escenario en precario que puede poner en peligro la paz social, un coste que precisamente estos grandes grupos no se pueden permitir. Consumimos si nos produce satisfacción, pero sin seguridad y confianza es imposible.

A mi modo de ver a medio o largo plazo, el panorama es una renta mínima para toda la población, eliminando o llevando a la mínima expresión las prestaciones para el desempleo y las jubilaciones. Esta renta universal nos ofrece la paz social como eje de todos los avances necesarios para la sostenibilidad de un planeta limitado en recursos.

A la vez me atrevo a pronosticar que por la parte alta, y esto será obligado para justificar un mundo sustentable éticamente. Las rentas deben tener un tope máximo el cual a partir de ello sea inmoral cobrarlo, por lo tanto a partir de ciertas cantidades deberían cotizar en renta el cien por cien, no es de recibo ganar lo que no se puede gastar en tres vidas, ni mucho menos justificarlo delante la población mundial interconectada con información inmediata.

Este futuro es difícil, el camino complicado, en muchos trayectos perdemos equipaje, seamos cautos para seguir andando. Si no llegamos nosotros, pensar que nuestros antepasados tampoco todos llegaron a buen puerto, pero gracias a su esfuerzo y al nuestro ahora, nuestros hijos siguen el camino y siempre, siempre, siempre, se llega.

 

Francesc Altarriba

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