El efecto saciante de los alimentos

17.07.2017 – CATERNEWS

La necesidad de alimentarse y por tanto comer, es básica y consustancial a todo ser humano. No obstante, a través de nuestra evolución, la comida ha pasado a ser un acto social y de placer además de una necesidad fisiológica.  Es precisamente dentro de este contexto de servicio dónde nos encontramos hoy en la restauración.

La mayor o menor cantidad de alimento ingerido a lo largo del día, con el consiguiente aporte de energía que ello supone en contraposición al gasto realizado incluyendo la generación de calor, determina el balance energético y por tanto, el mantenimiento o alteración del peso corporal. Es suficientemente conocido que este balance energético es generalmente positivo en sociedades como la nuestra, lo que conlleva el incremento de la prevalencia del sobrepeso y de la obesidad. No es en consecuencia difícil deducir de todo ello que la capacidad saciante de la comida puede ser un elemento regulador de la cantidad ingerida y es un factor clave en  momentos como el actual, en el que la disponibilidad de alimentos de todo tipo es casi ilimitada para amplias capas de la población.

La gestión de la saciedad constituye uno de los objetivos de las nuevas tendencias en nutrición, muy útil para cualquier dieta orientada al mantenimiento o pérdida de peso. Precisamente por ello debemos ofrecer a nuestros clientes productos que cumplan con esta función porque la tendencia futura requiere conocimientos nutricionales de nuestras cartas.

La bollería y pastelería tienen un esquema totalmente opuesto al pan, estos son productos con una alta densidad energética aparte que incorporan azúcares y grasas en su composición, son productos pero que la sensación de saciedad aparece cuando la ingesta en calorías ya ha sido muy elevada y por tanto se cita en ocasiones que inducen al sobre consumo y por ello al sobrepeso. Por el contrario el pan rico en fibra como el integral o el que incorpora fibra soluble de avena y el elaborado con diferentes cereales e incluso en los que incorporamos algún  tipo de leguminosa nos ofrecen una sensación muy elevada de saciedad, efectos que nos ayudan a reducir la sensación de vaciado del estómago, con la consecuente menor ingesta de calorías entre horas a lo largo de la jornada y ofrecer mayor facilidad en la regulación del peso corporal.

Es importante en nuestros establecimientos y cada vez lo será más en el futuro inmediato, trabajar muy bien la oferta de panes que ofrecemos al cliente, debemos pensar que conseguir un buen efecto saciante duradero de forma razonable permite mantener un mayor tiempo entre comidas.

Un producto de gran valor en las dietas actuales como es y será cada vez más el buen pan, aparte de lo expuesto y ayudarnos a ofrecer una mejor sensación de placer al cliente nos aporta en la cuenta de explotación un buen resultado al tratarse de un producto que su valor absoluto en ningún caso distorsiona el balance anual de ninguna empresa, aunque este sería tema para otro artículo y no precisamente corto.

Francesc Altarriba

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