30.03.2018 – CATERNEWS
Tendencia es una palabra que está de moda, al igual que ‘ser tendencia’ es un concepto que nos gusta que nos apliquen en todo lo nuevo que hacemos. También en el mundo de la alimentación.
Leía en un interesante artículo publicado en un medio de comunicación cuáles van a ser las tendencias en este sector para 2018. No eran muchas pero sí interesantes, y me centré especialmente en las que pienso que pueden ser un revulsivo o son ya una realidad. Dicho artículo hablaba, en resumidas cuentas, de que el consumidor es cada vez más exigente, está supra informado y ha convertido su propia alimentación en una cruzada contra lo que cree que puede perjudicarle más que beneficiarle.
2018 espera a un consumidor que ya apuesta –como venía pasando pero ya con insistencia- por aferrarse a los productos que le ofrecen una sana alimentación, son naturales, de producción sostenibles y cumplen con una ‘ética’, otra palabra que la hemos convertido entre todos en tendencia. Quien nos compra no solo exige alimentos sin aditivos ni conservantes, sino que además quiere saber todo, como las famosas 5 W en el mundo del periodismo: Qué come (what), quien lo ha producido (who), dónde (where), cuando (when) y por qué (why). Eso obliga a los elaboradores y productores a un compromiso real, a identificar muy bien la materia primera usada, a contar el sistema de producción sin problemas, a primar las cadenas de suministro y, como no, a apostar por unas presentaciones atractivas a la vez que respetuosos con el medio ambiente, otro de los factores del que más se nos ha mentalizado en los últimos tiempos. La suma de todo ello da un resultado espectacular: los requerimientos del consumidor acaban con un aumento de confianza hacia la industria alimentaria y de restauración que cumple con ello… O, por el contrario, la hunde.
Pero aquí no acaba todo; el consumidor, con sus exigencias, no está dispuesto a que lo que le gusta le sea prohibitivo, quiere socializar esta nueva tendencia… y encuentra una buena opción para ello en la digitalización de los procesos de adquisición y de selección. En internet está todo y tiene suficiente información para escoger lo que se adapte a sus necesidades. El auge del comercio electrónico y la posibilidad de seleccionar a través de dispositivos móviles, con app, de forma cómoda y con la fórmula 24hx365 días, hace que, cada día, más usuarios apuesten por alimentarse mediante compras on-line que además les permite ahorrar dinero y algo aún más preciado, tiempo.
No obstante, convertir el acto de alimentarse como una experiencia sensorial sigue siendo lo que más adeptos tiene. El ritmo de vida acelerado que la propia sociedad confiere a la mayoría de personas hace que éstas acaben buscado todo lo contrario cuando se sientan o salen para comer, para degustar: evasión, desconexión y cuidado desde el propio alimento . Además, las redes sociales se han convertido en un aliado muy fuerte para el consumidor. Compartir una foto de un buen plato, de un buen establecimiento de alimentación, o una experiencia concreta vía opinión o comentario, sacia también esa necesidad, a veces, de salir del anonimato y tener una tribuna de opinión propia, que a veces se comparte o se ensalza, pudiendo ser prescriptores y a la vez críticos como ‘jueces’ del bien o el mal sobre un producto, que también está cambiando el mundo de la alimentación, cada vez, pues, más exigido.
Si la fidelidad del propio cliente y el de los futuros se puede ganar o perder con un simple click o comentario en una red social, en una falta concreta de imagen, en un error de selección de buen producto, o en un servicio esmerado gracias a su exigencia nos conduce a lo mismo, por mucha innovación que haya: Todos los que estamos en el sector de la alimentación sólo podemos avanzar de la mano de la excelencia autoimpuesta.
El pan forma parte de estos productos no prohibitivos a nivel de costo que nos permite sorprender, como muy bien conocen aquellos que han apostado por el pan como elemento a trabajar y mejorar. Probablemente no sea el único pero os puedo garantizar por mi dilatada experiencia que existe un termómetro que nos indica sin rodeos cuales serán los establecimientos que van a perdurar; son todos aquellos que utilizan el pan en su modo de excelencia, es un fiable indicativo que llevan trabajado desde tiempo para atraer al cliente del futuro, del que hoy ya sabemos que sólo se mueve en busca de experiencias gastronómicas ligadas al placer sensorial.
FRANCESC ALTARRIBA