Lo saludable, incuestionable

01.05.2016 – CATERNEWS

Estamos delante una nueva edición del salón Alimentaria en Barcelona, cada vez más el mercado de la alimentación al igual que ocurre con nuestra sociedad se está polarizando, la gente joven cada vez busca productos de mejor calidad y saludables aunque es evidente que no todo el mundo puede acceder a este tipo de consumo.

Esta tendencia latente de consumir productos cada vez más saludables entronca la mayoría de veces con los intereses creados por diferentes colectivos. En nuestros días la producción de alimentos a gran escala es muy potente y se consiguen productos a precios muy competitivos. Pero esta premisa que a priori parece la acertada y debe llevarnos al éxito comercial debemos analizarla por no decir cuestionarla.

Es muy probable que con los años nuestra juventud lidere una forma diferente de entender la sociedad, las relaciones personales y eso lo aplique también en todo lo relativo a la alimentación.

Por mi vinculación en el mundo de la panadería los datos de que poseo son escalofriantes, vemos que el consumo de pan aunque sea un alimento básico de dieta mediterránea va descendiendo de forma alarmante. En España podemos anotar otro récord negativo a los ya existen en otros ámbitos que ahora no vamos a desgranar, desgraciadamente en la cuna de la dieta mediterránea apenas llegamos a los 40 kg. de pan por habitante y año, muy lejos de los más de 70 que se consumen en los países nórdicos como Dinamarca.

Este bajo consumo de pan es una realidad, y es preocupante que aún nadie o muy pocos se den cuenta de que por un menor precio el consumo ya no incrementa. Que alimentos de muy bajo coste generalmente conllevan ingredientes poco aconsejables con el consiguiente problema que trasladamos en temas de salud a nuestros conciudadanos a la vez que incrementamos los costes sociales. Una economía basada en productos y servicios de poco valor económico sólo puede traernos a medio y largo monopolios económicos y una sociedad cautiva al disponer de poco poder adquisitivo. Todo ello justamente en estos días que Alimentaria nos pone en el escaparate, debemos tomar conciencia entre todos del largo camino que debemos realizar para conseguir una sociedad sana, y el bajo consumo de pan es un indicador a tener muy en cuenta no sólo por el sector sino como ejemplo de que si las cosas se hacen mal en pocas décadas veremos las consecuencias en la sociedad que, como decían aquellos, esta vez sí somos todos.

En estos momentos debemos volver a la especialización, a la profesionalidad, al buen producto apetecible y poco a poco ir abandonando esta idea imperante que este es el coste y a ver con ello que fabricamos. Señores, en alimentación algunos levantamos la voz y decimos abiertamente que, con ella, no se juega.

Francesc Altarriba

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